29 January, 2013

Alcohol y adolescentes: ¿prevenir el consumo o prevenir las borracheras?

Autor: Claudio Vidal. En los últimos tiempos se está prestando una especial atención al consumo de alcohol por parte de los y las adolescentes. Tanta que se ha convertido en una de las prioridades para el Plan Nacional sobre Drogas que se ha marcado como objetivos disminuir dicho consumo o, cuando menos retrasar la edad con la que los y las adolescentes se inician en el mismo. En palabras del Delegado del Gobierno, Francisco de Asís Babín, en la presentación del Plan de Acción 2013-2016 en la Comisión Mixta para el Estudio de las Drogas, uno de los objetivos principales de dicho plan será precisamente este: el de retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol por parte de los y las adolescentes, con una apuesta por un modelo de tolerancia cero al respecto.

Es por ello que me ha parecido muy pertinente hacer un breve resumen de la investigación llevada a cabo por Emmanuel Kuntsche, Ingeborg Rossow, Bruce Simons-Morton, Tom Ter Bogt, Anna Kokkevi y Emmanuelle Godeau, recientemente publicada en la sección "Early View" de la revista Alcoholism, Clinical and Experimental Research con el siguiente título: "Not Early Drinking but Early Drunkenness Is a Risk Factor for Problem Behaviors Among Adolescents from 38 European and North American Countries".

Y es que, hasta la fecha, son numerosos los estudios que han documentado la relación entre un comienzo temprano en el consumo de alcohol con una mayor posibilidad de sufrir consecuencias negativas por ello como dependencia, problemas relacionados con el consumo, uso de otras drogas, disminución del rendimiento académico, violencia, lesiones o suicidio.

A la hora de explicar esta relación entre el consumo temprano de alcohol y la aparición de problemas se han postulado varias hipótesis según las cuales el consumo de alcohol, aún en pequeñas cantidades, podría:

  • provocar cambios conductuales que alteren la trayectoria evolutiva durante la adolescencia y que conducirían a un consumo abusivo;
  • limitar la capacidad de controlar los hábitos de bebida a una edad más tardía;
  • aumentar la tolerancia y la habituación a los efectos del alcohol;
  • impedir el desarrollo de estrategias de afrontamiento adecuadas y de habilidades de resolución de problemas; y
  • afectar negativamente las relaciones sociales.

En todas estas explicaciones, sin embargo, parece que estos primeros consumos sólo son importantes si se bebe una cantidad de alcohol suficiente como para provocar una reacción fisiológica. Esto contradice la idea de que cualquier consumo, aunque sea pequeño, sería suficiente para provocar daños. Por tanto, el consumo temprano de alcohol debería tener un impacto negativo solamente entre aquellas personas que se han emborrachado ("get drunk"), pero no entre aquellas que nunca han tenido una borrachera.

Para comprobar esta hipótesis, investigaron a 21.479 chicos y a 23.322 chicas de 15 años de edad que participaron en el estudio "Health Behaviour in School-Aged Children" (HBSC) de la Organización Mundial de la Salud, llevado a cabo en 38 países de Norte América y Europa en 2005-2006. A toda la muestra se le preguntó por la edad en que bebieron por primera vez alcohol, la edad en que se emborracharon por primera vez y la frecuencia de borracheras, así como por cinco problemas asociados: fumar tabaco, consumo de cannabis, lesiones, peleas y disminución del rendimiento académico.

Los autores encontraron que aquellas personas que decían haberse emborrachado habían empezado a beber antes que las que nunca se habían emborrachado. Pero es que, además, cuanto más temprano las personas se emborrachaban, mayores eran los problemas a la edad de 15 años. Y un dato interesante: entre aquellas personas que habían bebido sin emborracharse, los problemas eran poco significativos.

Los autores concluyen que el inicio temprano en el consumo de alcohol sin una transición a las borracheras en la adolescencia tiene poca o ninguna importancia de cara al riesgo de presentar otros problemas. El consumo temprano y moderado puede darse en el contexto de la familia, que es quien ejerce una influencia normativa de moderación, especialmente en determinados contextos culturales (como, por ejemplo, los países mediterráneos). El consumo temprano podría, para algunas personas jóvenes, ser una muestra sin más de la experimentación normal a esas edades y no necesariamente significar un aumento en el riesgo de tener problemas.

Por tanto, al contrario de lo postulado hasta la fecha, los autores afirman que simplemente retrasar la edad de inicio no sería importante para prevenir problemas. En lugar de eso, deberían mejorarse las acciones dirigidas a interrumpir el progreso que va desde el inicio en el consumo hasta las borracheras o el consumo intensivo, antes que insistir en simplemente retrasar la edad de inicio. En otras palabras, las intervenciones deberían centrarse principalmente en las borracheras adolescentes, que tienen un obvio potencial para generar daños, y menos sobre la edad a la que la gente consume por primera vez su primera bebida alcohólica.

Fuente: http://rdrdrogas.blogspot.com.es/2013/01/alcohol-y-adolescentes-prevenir-el.html

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

0 comentarios:

AddThis