19 July, 2013

Sentimiento de agresión

Por David Valero García

adicciones

He de decir que los asuntos que tratamos en grupo son siempre de gran importancia para nosotros, allí no hay sitio para la paja, ¡todo es grano! Ninguno de nosotros podemos permitirnos andarnos por las ramas, nuestra recuperación depende de ello, y lo sabemos.

Mentiría si dijese que siempre es fácil. En ocasiones somos reacios a sacar ciertos temas, sabemos que enfrentarnos a ellos nos producirásentimientos de dolor, tristeza o angustia.

A nadie le gusta que le hurguen en la herida, pero si algo hemos aprendido de los magníficos amigos/terapeutas que nos acompañan, es que el camino para superar aquello que nos ha llevado a la adicción sólo es uno, armarse de valor, y mirar cara a cara nuestros rincones más ocultos, nuestros recuerdos más dolorosos.

LO MAS OBVIO NO SIEMPRE SABEMOS IDENTIFICARLO

Hace pocos días, en una de las sesiones que tuvimos, un compañero narró una experiencia que tuvo en su niñez. Se trataba de un abuso sexual que sufrió con apenas 6 años. Esto nos dejó muy removidos a todos.

Se trataba de alguien con quien llevas compartiendo más de un año todo aquello que ni tú mismo te has atrevido a mirar. Con esto quiero daros a entender el sentimiento que tenemos entre nosotros. No se trata de una simple amistad, es algo más. A quien sino le contarías algo de tal calibre.

Escuchar su relato fue durísimo, pero que lo explicara con ciertas dudas a la hora de identificarlo como una agresión, lo fue más.

El resto de compañeros tuvimos que realizar una redacción explicando alguna agresión que hubiésemos sufrido, y aquí es cuando fui consciente que no era él sólo quien tenía esa problemática.

Yo hablé de la etapa en la que mis padres se divorciaron y algunas circunstancias que se dieron que yo entendía como agresión. Y no estuvo mal, no me equivoqué en el ejemplo que elegí. Pero como siempre, ahí están ellos, terapeutas y compañeros, para darte ese punto de vista que tu sólo no eres capaz de ver aún.

Me recordaron algo muy duro, que supongo, no tenía identificado como una agresión hacia mí, o que tal vez, prefería no entenderlo así, ya que el proceso de aceptación es bastante doloroso.

AHÍ LO TIENES, ¿AHORA QUE HACES CON ELLO?

Es triste, que alguien que no seas tú, tenga que ayudarte a identificar que una acción como que tu padre consuma cocaína contigo con asiduidad y que te presente a camellos es una agresión.

Al principio, cuando me lo recordaron, les di la razón, pero en cierto modo no terminaba de ver la magnitud de lo ocurrido. Pero amigo, cuando te preguntan si a tus hijos les pondrías una raya, joder, que rápido lo identificas. De pronto sientes un golpe en el pecho y no puedes evitar que aparezcan las lágrimas.

Veo a ese chaval de unos 21 años junto a su padre, en los baños del bar de siempre. Ese chico le tiene idealizado, cree estar compartiendo algo muy importante con alguien a quien admira. Dentro de su soledad, de su no saber qué hacer con su vida, tiene la sensación de que esos momentos son los realmente importantes.

La rabia, el odio y la tristeza se hacen contigo. Sólo te vienen a la cabeza frases del estilo “cómo pudiste ser tan hijo de puta”.

No entiendes como pudo hacerte participe de ese mundo. Cierto es que no era nuevo para mí, pero aquello era todo lo contrario a lo que necesitaba. Situarme, y situarle a él, fue terrible, porque no entiendes que coño pasaba por su cabeza. Un hijo es algo sagrado, a quien debes ofrecerle en todo momento amor y protección, y una raya en una cartera, o un gramo de cocaína en una mano, nada tiene que ver con ello, absolutamente nada.

Pero hay que avanzar, y para ello, esa rabia y odio deben salir. No puedes permitirte tenerla dentro, te contaminará y evitará que llegues al final del camino hacia la recuperación total.

MI SITUACION RESPECTO A ESA RABIA

Me encantaría deciros que actualmente he extirpado esa rabia, y que logré expulsarla, pero aún no ha sido asi. Me está resultando realmente complicado hacerlo. Una parte de mi tiene claro lo que ocurrió y el nombre que debo darlo. Pero hay otra parte, la que no es capaz de aceptar ciertos sucesos, y superar el dolor que conllevan éstos, que hoy por hoy no está acostumbrada a liberarse, a darse la oportunidad de expresarse, de sacar sus sentimientos sean cuales sean estos.

Es muy difícil situar a cada uno donde debe estar, aceptar la agresión que recibiste, y por parte de quien fue, no es tarea fácil. Tu cabeza evita hacerlo, no es capaz de procesar todas las emociones que esos recuerdos te provocan, el dolor y la incomprensión es tremenda.

Más pronto que tarde me espera una sesión dura con este tema. Me angustia la idea, a pesar de ser consciente de la liberación y bienestar que viene tras ello. No de forma inmediata, pero si cuando todo haya reposado y aceptado lo ocurrido.

En cualquier caso, os aseguro que lo haré, porque sólo hay un camino para superar laadicción, el de mirar cara a cara tus rincones más ocultos. Sé que no estoy sólo, grandes personas me acompañan en este viaje, tanto dentro como fuera de la terapia.

Por mí, por ellos, ¡nos lo merecemos!

¡Un abrazo!

Fuente: http://adiccionatealavida.com/sentimiento-de-agresion/

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