01 February, 2009

perder peso sin perder salud
Adelgazar no es ningún milagro
En la era de la comida rápida y los excesos, las «turbodietas» se multiplican con falsas promesas de éxito inmediato. No hay atajos para el equilibrio y, a menudo, las prisas llevan justo al extremo opuesto de lo deseado, y con peajes demasiado caros

Autor:
Rosa Domínguez
Fecha de publicación:
31/1/2009
Hora:
Actualizada a las 20:48 h
Valoración de la noticia 1 , 2 , 3 , 4 , 5 , (1 votos) Envíando datos... Espere, por favor. Gracias. - + Enviar Imprimir Volver Está la dieta de la alcachofa, la de la piña, la del arroz, la zanahoria o el yogur. También la de los 150 gramos, la del triple factor, la disociada o la anticelulítica. Las hay que llevan el nombre de sus creadores, que han adquirido relevante popularidad, e incluso las que llevan sobrenombres de atractiva felicidad, como la del buen humor, o de tentadora satisfacción: si hay hasta quien promete adelgazar con regímenes tan sugerentes como el del chocolate o el helado. Son las dietas milagro, tan denostadas por los científicos como aplaudidas por la generalidad de una población que se lanza a toda velocidad a perder kilos cada vez que asoma, por ejemplo, el primer rayo de sol primaveral.
Inconsciencia, irresponsabilidad e incluso temeridad son atributos adjudicados a indicaciones alimentarias incapaces de garantizar, insisten una y otra vez los especialistas, no solo el mantenimiento de la salud, sino ni siquiera el objetivo por el que uno llega a someterse a estrictas normas de alimentación que rozan a menudo lo ridículo. Pero no es, ni mucho menos, para reírse. Con general predicamento entre muchas jovencitas y no tan jovencitas, estas dietas constituyen un peligro real cada vez más extendido. Son cientos las que se publicitan, expandidas a través de la Red o por el simple ir de boca en boca. No gozan de aval científico alguno, más bien al contrario, y los expertos ven en sus consultas los efectos perniciosos que provocan. Entre ellos, el conocido como efecto yoyó o rebote, a veces el menor de los males que se pueden derivar.
En una maquinaria tan sincronizada como el metabolismo, el desequilibrio de los requerimientos alimentarios se traduce la mayor parte de las veces en un déficit de nutrientes esenciales para el mantenimiento del organismo en sus condiciones naturales. ¿Traducción? Aparecen problemas de salud. Muchos de ellos graves e incluso algunos con auténtico compromiso vital. Junto a trastornos digestivos, la piel, por ejemplo, suele reflejar con la sequedad que algo no va demasiado bien. Aparecen mareos, intolerancia al frío, caída del pelo, dolores musculares, incluso descalcificación ósea y daños renales. La amenorrea en las mujeres cuando siguen dietas restrictivas también es bastante común, y existe otro repertorio florido de manifestaciones en función de los déficits a los que se somete el cuerpo: desde el descontrol del colesterol y los triglicéridos con el consiguiente riesgo cardiovascular, hasta el ácido úrico y los ataques de gota, e incluso arritmias cardíacas a veces intratables. En paralelo, por supuesto, están las manifestaciones que se perciben en el comportamiento: la efectos colaterales: ansiedad, irritabilidad, insomnio, incluso depresión.
Estas formas anómalas de comer, ya sea con un alimento como protagonista, ya sea con regímenes de bajo valor calórico, hipoenergéticas, pobres en hidratos de carbono o ricas en grasas, suelen ir asociadas, además, a mitos que han logrado enquistarse, no sin riesgos, como repiten los médicos, en el credo popular: que si los hidratos de carbono, el agua, las vitaminas, la fruta después de comer engordan, y no los alimentos integrales, los light... que si es bueno saltarse comidas o si está prohibidísimo tomar juntos determinados productos, generalmente hidratos de carbono y proteínas. Aunque proliferan, sobre todo con el calor, las dietas milagro se pueden dividir en tres grandes grupos: hipocalóricas, disociadas y excluyentes.
Las primeras se basan en la restricción poca cantidad de una selección de alimentos. «Toma la mitad» es el nombre de una de ellas, incluida en un grupo junto a algunas que se presentan tras nombres de prestigio, como la de la Clínica Mallo, o incluso se disfrazan con atractivas denominaciones, caso de la llamada dieta gourmet.
Mantener y predicar la falacia de que los alimentos no engordan por sí mismos, sino en función de la forma en que se combinan, es la base de la disociación en la que, erróneamente, se basan regímenes con sobrenombre de gancho, como la dieta Hollywood, que comparte grupo con otras también conocidas, como la Montignac. No tienen sustento científico, aseguran los especialistas, pero sí están comprobados los muchos y graves daños que pueden ocasionar en el organismo.
En los regímenes excluyentes, como el bautizado dieta del astronauta, la propia palabra lo indica y el criterio que se sigue es eliminar de la ingesta un determinado grupo de nutrientes. Los riesgos siguen presentes y las posibilidades de terminar en abandono y posterior recuperación de más kilos de los perdidos, también.
El sentido común recomienda seguir el consejo médico y acudir al asesoramiento de los expertos para conocer los requerimientos nutricionales en función de la edad, el sexo, la talla y la actividad que se desarrolla. Los niños en plena etapa de crecimiento necesitan por encima de 3.000 calorías, 4.000 aquellos que desarrollen trabajos con elevado desgaste físico, 2.500 un varón con un empleo sedentario, 2.000 si se trata de una mujer oficinista... y si se necesita rebajar sobrepeso, toda dieta debe repartir los grupos de alimentos, de modo que el 55% ha de ingerirse en hidratos de carbono (pan, patatas...) el 15% en proteínas (carnes y pescados), y del orden del 20% grasas, huyendo de las animales.
No basta con alcanzar el peso ideal y no sobrepasar los índice de grasa recomendados, 20% en varones y 30% en mujeres. Es necesario, básicamente, mantenerse dentro de los parámetros saludables. Solo así se logrará evitar la amenaza de la que comienzan a escucharse serias advertencias: estamos criando la primera generación que vivirá menos que sus padres. Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

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