13 July, 2011

Desarrollo positivo, de adolescentes problemáticos a jóvenes saludables.

Los expertos recuerdan que los problemas son innatos de la juventud y "de los errores se aprende" · Un nuevo modelo intenta promover sus competencias basándose en una reeducación.

Ángel Hernando Gómez y Alfredo Oliva Delgado, ponentes del curso.

La Sede Iberoamericana de La Rábida ha inaugurado esta semana sus cursos de verano. Desde el 11 de julio y hasta el próximo día 15 se impartirá, bajo la dirección de Alfredo Oliva Delgado, el curso Desarrollo Positivo Adolescente.

El doctor en Psicología y profesor titular del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla asegura que se ha difundido una imagen negativa de los adolescentes centrada en el botellón, en la fiesta y la falta de responsabilidad. Por este motivo, se llevan a cabo mecanismos de defensa ante la juventud y se favorecen políticas de tipo restrictivo. Para ellos, la solución no reside en el modelo del déficit, es decir, prevenir los problemas de la adolescencia y evitar su aparición. Por el contrario, se centran en el desarrollo positivo del adolescente que no trata de resolver sus problemas u obviarlos sino de promover sus competencias basándose en una reeducación. Este modelo considera que los adolescentes tienen mucha plasticidad y grandes potencialidades a desarrollar.

El especialista afirma que los problemas son innatos del adolescente y son éstos los que les ayudarán a saber afrontarlos en un futuro. "De los errores se aprende", asegura Oliva. "Un adolescente es un motor potente con unos frenos mal ajustados", afirma. Y es que los jóvenes tiene unas características muy peculiares, se implican en muchos campos de peligro pero un cierto nivel de riesgo es positivo para su desarrollo. Por esto, no se debe entender como simple riesgo, sino como una oportunidad para crecer. El modelo de desarrollo positivo representa una visión optimista del ser humano, en general, y del adolescente, en particular, en el que cuando se dan las condiciones favorables, y chicos y chicas se ven implicados en relaciones saludables con su contexto, florecen como ciudadanos prosociales y responsables que realizan su contribución personal a la sociedad en la que están inmersos. Por lo tanto, no solo se estará favoreciendo el desarrollo saludable de jóvenes y adolescentes, sino que, además, se estará contribuyendo a la mejora de la sociedad.

En este curso se ofrecerán las bases conceptuales del modelo y se proporcionarán herramientas para la evaluación y la intervención dirigida a la promoción del desarrollo positivo del adolescente en los contextos familiar, escolar y comunitario. El entorno familiar es el mayor potencial para promover el desarrollo del adolescente ya que lo que ocurre en la familia les afecta directamente. Los expertos aseguran que es fundamental trabajar con la familia, que los padres y madres sepan cómo relacionarse con sus hijos de forma democrática, es decir, basándose en el apoyo, el afecto, la comunicación y las exigencias. Alfredo Oliva propone cinco puntos importantes: el apoyo mutuo; la comprensión, escuchar y crear un vínculo de confianza entre padres e hijos; la flexibilidad y la confianza; la conciencia sobre su comportamiento, quiénes son sus amigos, qué hace en su tiempo libre; y por último, cuando sea necesario plantear límites y exigencias.

Ángel Hernando Gómez, doctor en Psicopedagogía y profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Huelva lleva entre tres y cuatro años trabajando en este método. Su área de estudio se centra en localizar recursos para conseguir un adolescente saludable, sobre todo, en los ámbitos colegiales. Además, propone un estilo docente democrático ya que este entorno también tiene bastante repercusión en los jóvenes. Apuesta por un empoderamiento adolescente, es decir, que el joven sienta que es capaz de aportar. Para ello, tiene una especial confianza en las actividades extraescolares así como en las estrategias educativas que acercan al alumno a la vida democrática, como la elección del delegado. Por último, llama a un clima de vinculación entre el profesorado y los alumnos donde se pueda hablar, relacionar y/u opinar ya que, tal como afirma, "se trata de sumar y no de restar".

El objetivo del curso se resume en cinco puntos. Por un lado, ofrecer los aspectos teóricos o conceptuales del modelo de desarrollo positivo adolescente y los activos para la salud y el desarrollo. Además, pretende proporcionar herramientas para elaborar mapas de activos y evaluar el desarrollo positivo y los activos personales, familiares y comunitarios. También ofrecerá una visión positiva de la sexualidad adolescente así como la propuesta de un modelo de educación sexual en la escuela. Por último, quieren dar a conocer los fundamentos de la intervención en desarrollo positivo en familia, escuela y comunidad.

El prototipo de un adolescente saludable tendría que aunar las siguientes características diferenciadas en cinco campos distintos: Primeramente, la fortaleza del yo, es decir, la autoestima del joven; competencias sociales, debe ser asertivo, comunicativo; un área de moral que se basa en el respeto; un área emocional, centrada en la competencia para controlar y conocer las emociones, la empatía y la inteligencia emocional; y, por último, un campo cognitivo que abarca la inteligencia crítica del adolescente no solo en el ámbito académico.

Aún así, Alfredo Oliva Delgado asegura que este prototipo no existe ya que los jóvenes están sufriendo cambios constantemente.

Fuente: http://www.huelvainformacion.es/article/huelva/1019805/desarrollo/positivo/adolescentes/problematicos/jovenes/saludables.html

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