"En general, el consumo de alcohol no aumenta pero sí en las edades tempranas"
Josefa Rivera González, Psicóloga clínica y técnico del departamento de Saúde Pública de la Consellería de Sanidade. Es la responsable de impartir charlas informativas a los directores de instituto y padres de alumnos de secundaria de Pontevedra sobre la Lei 11/2010, del 17 de diciembre, de prevención de consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad.
B. MÁRQUEZ - PONTEVEDRA Prevenir el consumo de alcohol entre menores o por lo menos retrasar la edad de inicio de esta práctica, que en Galicia se sitúa en los 14 años y con tendencia a descender. Con este objetivo Sanidade y Educación han puesto en marcha un programa de información sobre las consecuencias que conlleva el consumo de bebidas alcohólicas para la salude de los menores y la responsabilidad que tienen los padres en una práctica penalizada por ley. El IES Valle Inclán acogió ayer sendas reuniones de este programa: una dirigida a directores de institutos y la otra a los padres.
– ¿Qué ha disparado la alarma para poner en marcha esta iniciativa?
– Lo que tratamos es de presentar la nueva ley de prevención de consumo de alcohol en menores, que tiene como finalidad la prevención. Hemos detectado que la edad de inicio de consumo de alcohol está en 14 años y las previsiones son que se adelante. Queremos implicar a los directores de institutos y a a los padres porque son la escuela y la familia los dos ámbitos sociales en los que los chicos se forman. Es en estos ámbitos en donde hay que conseguir cambiar las conductas.
– ¿Qué falla en la sociedad para que no se perciba el riesgo de consumir alcohol en edades tempranas?
– La prevalencia en el consumo general no aumenta. Lo que vemos con mucha preocupación es que en las edades más tempranas tiene una incidencia creciente y sobre todo el tipo de consumo: los “atracones”, el botellón no como cita social sino como consumo abusivo. Lo que falla es que en nuestra sociedad el consumo de bebidas alcohólicas está vinculado a las grandes celebraciones y como fórmula de paso de la infancia a la edad adulta. No vemos riesgo en el alcohol porque es una sustancia que está entre nosotros y el consumo moderado no lo tiene.
– Se decía que el botellón era una moda pasajera, un consumo típico de los países anglosajones que no iba calar ¿qué se puede hacer para reconducir la situación?
– Hay que intentar prevenir y la ley es lo que intenta a través de la educación, de la información. Los botellones aparecieron como una moda y no se les dio importancia ni en las familias, ni en la sociedad. En 1996 se hizo la primera ley de Drogas de Galicia y ahí se incidía en la prohibición de venta de alcohol a menores. Con la actual se prohibe el consumo y se castiga.
– ¿Es la represión la única fórmula para que se tome conciencia de que es peligroso que los menores beban alcohol?
– No debería ser. La medida prioritaria es la educación, la información, el cambio estructural de conductas sobre la valoración y consumo del alcohol. Pero desde los estamentos públicos se ve que en ocasiones hay que tomar medidas de fuerza para generar sensibilidad desde otro ámbito: el que no haga las cosas bien, tiene responsabilidad y paga. A Cualquier conducta tiene una responsabilidad y unas consecuencias, que en este caso son negativas, son infracciones y tienen sanción.
– ¿Considera apropiado acotar zonas para el botellón como se hace en Pontevedra?
– Con los botellódromos, acaso, lo que se solventan son problemas de orden público y social pero no los de salud, que son los que nos interesan a la Consellería de Sanidade.
– ¿Qué consecuencias tiene para la salud de los adolescentes el consumo de alcohol?
– Está demostrado que hasta los 22 años el cerebro se está formando por lo que cuanto antes se consuman sustancias tóxicas antes se van a dañar esas células nerviosas que se están desarrollándose. Hay daños también a nivel orgánico, en el hígado por ejemplo; a nivel neurológico, gástrico, de personalidad... Son trastornos de salud serios que se agravan como consecuencia de un consumo de alcohol temprano y abusivo.
– ¿En qué tipo de síntomas pueden reconocer unos padres o un profesor que el menor está abusando de las bebidas alcohólicas?
– Un niño que empieza a beber a los doce años, no manifiesta trastornos físicos que hagan pensar en una adición. Tarda unos años en aparecer la sintomatología. Lo que tenemos es que prever para no llegar a conductas aditivas que, por otra parte, también las puede haber pero de componente psicológico. Es eso de que tengo que beber para ser más divertido, para estar bien con los colegas... Es un hecho que el alcohol hace que se desinhiban las persona porque elimina los controles conductuales: somos más simpáticos, estamos mejor. Ahí puede estar generándose una dependencia psicológica, el menor tiene una personalidad aún no formada y recurre a esa sustancia para tener más éxito social.
– ¿Se asocia el consumo de alcohol al de otras sustancias aditivas?
– No se puede decir que todos los menores o jóvenes que consumen alcohol vayan a ser politoxicómanos pero las estadísticas nos dicen que el 90% de los policonsumidores de sustancias aditivas consumen alcohol.
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