Fue uno de los primeros en dar la voz de alerta sobre estas peligrosas prácticas que llevan a los jóvenes a ingerir alcohol por la vagina, el ano o, incluso, los ojos
El jefe de Toxicología del Hospital de Valencia alerta de que afecta al sistema nervioso en formación de los adolescentes
Un día después de que la Consejería de Sanidad de Asturias asegurara que el 'tampodka' era «una leyenda urbana» y que su departamento no tenía constancia de ningún caso de intoxicación etílica por ese medio en el Principado, el jefe de la Unidad de Toxicología Clínica del Hospital General de Valencia, Benjamín Climent, salió a indicar que dicha práctica no solo «es una realidad» que se empieza a ver en los servicios de urgencias del país, sino que «a largo plazo puede tener efectos demoledores». Porque empapar tampones en vodka e introducirlos por la vagina o en el ano -en el caso de los chicos- para conseguir una borrachera por la vía rápida «daña el sistema nervioso, que en los adolescentes está en formación», advirtió.
Climent fue uno de los primeros profesionales en dar la voz de alarma en España sobre esta extraña y peligrosa forma de consumir alcohol entre los jóvenes y cuya existencia insisten en negar en rotundo las autoridades sanitarias del Principado. A pesar de los cuatro casos detectados en los últimos nueve meses en el Principado, y que estuvieron protagonizados por cuatro chicas (una de las cuales llegó a sufrir un coma etílico), el consejero Faustino Blanco insiste en que en la red de hospitales del Sespa «no existe constancia de esos hechos».
Ayer, desde Valencia, el responsable de Toxicología del Hospital General alertó no solo del 'tampodka' sino de otras prácticas etílicas igual de peligrosas, como el 'eyeballing', que consiste en la aplicación directa de alcohol sobre la mucosa ocular. También está el «oxy-shots», que llegó a España en el verano de 2011, y que permite consumir alcohol en dispositivos de nebulización junto con oxígeno, al igual que en los tratamientos broncodilatadores, lo que permite una mayor superficie de absorción y rapidez de acción, al obviar el filtro hepático.
En declaraciones a Efe, Climent afirmó que se trata de comportamientos importados del Reino Unido, Estados Unidos y los países del Este de Europa, que han emergido en los últimos años en España y son asumidos especialmente por adolescentes que, «por esnobismo» o «por modas», buscan conseguir una «intoxicación etílica rápida». Los peligros que pueden entrañar estas nuevas formas de ingesta etílica llevó a Climent y a otros colegas de los servicios de Urgencias de hospitales de Navarra, Canarias y Galicia a elaborar en diciembre de 2012 un escrito en la revista Anales de Pediatría dirigido a la comunidad médica. En él, advierten de que jóvenes de nivel sociocultural alto son los principales usuarios de estas nuevas formas de consumo de alcohol, cuyas prácticas son rápidamente difundidas a través de foros y portales de vídeos en internet.
Según Climent, estas prácticas son una «desviación» del fenómeno conocido como «binge drink» (alto consumo de alcohol en un breve espacio de tiempo). El especialista en Toxicología Clínica señaló que no hay estudios ni publicaciones científicas y por ello los efectos clínicos locales y generales no están bien establecidos, aunque en el caso del «eyeballing» existe el riesgo de lesiones corneales graves con eventual evolución a ceguera. También podrían aparecer o agravarse patologías pulmonares con el 'oxy-shots', y aumentar la incidencia de lesiones mucosas e infecciones con el 'tampodka'.
Para Benjamín Climent estos casos «pueden ser la punta del iceberg de lo que puede estar pasando, porque son modas que se producen a temporadas, que van y vienen, y están ligadas a lugares de ocio».
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