En la entrada anterior posteamos un interesante artículo de OtgerAmatller sobre los porros y los adolescentes: una pieza difícil de colocar, en el cual hace una aproximación al fenómeno del consumo de porros por los jóvenes y la implicación de la familia en los mismos. ¿Cuál es el papel de ambos actores y su responsabilidad? Desde luego su lectura invita a una reflexión, aquí van mis comentarios al respecto sobre las aportaciones más destacadas.
“La adolescencia no es una lotería, y cuando los porros aparecen, todo aquel trabajo que se haya hecho anteriormente, determinará si esos consumos tienen mucha, poca o ninguna importancia”.
Evidentemente, todo el trabajo educativo que hagamos con nuestros hijos determinará en buena medida la respuesta de estos frente a las sustancias, así es relativa fácil de distinguir aquellos jóvenes con un discurso bien amueblado y con criterio acerca del consumo de drogas, independientemente de que estos consuman o no.
“La adolescencia es una edad que muchos padres y madres temen”.
No es infrecuente encontrar a padres sobre todo padres jóvenes que ante la adolescencia de sus hijos se enfrentan con temor, incluso manifestándolo abiertamente. No serán estos temores y el miedo a enfrentarlos los que los bloquean a tomar medidas a nivel educativo y a normalizar las relaciones con sus hijos utilizando el sentido común. Muchas veces por no enfrentarse con sus hijos e hijas adolescentes son estos mismos padres los que adoptan actitudes permisivas.
“Las decisiones que tomen nuestros hijos e hijas (como las nuestras) tienen nada o poco que ver con una lotería, ni a cara y cruz”.
Esto me lleva a pensar en todas aquellas personas que hacen del destino una escusa para escudarse de su buena o mala fortuna sin poner un grano de arena de su esfuerzo.
“Durante el crecimiento de ellos y ellas, los padres deberán tomar muchas decisiones, y debemos tener en cuenta que no tomar decisiones es también una manera de tomarlas”.
No podemos pensar que el tiempo todo lo curará, ni que tampoco ciertas situaciones se desvanecen así como así. Ni que tampoco los hijos se educan solos, últimamente se viene hablando de los “huérfanos digitales” aquellos jóvenes que se “educan” delante del ordenador sin la presencia de los padres, lo cual nos debería llevar a replantearnos cuánto tiempo pasamos realmente con nuestros hijos, entre el tiempo que nos saca el trabajo, el tiempo que tenemos ocupado con otras tareas, el tiempo que ellos van a clases particulares y dedican a actividades y que al llegar a casa se encierran en su habitación delante de la pantalla, bien de la televisión o del ordenador.
“Los porros se han convertido ya en una pieza muy habitual en la adolescencia y la gran mayoría de padres, sorprendidos de su aparición, no tienen nada claro dónde situarla, ni de qué manera”.
Si que cada vez más el consumo de porros se extiende entre los jóvenes, muchas familias lejos de abordar de una manera educativa este consumo lo integra e incluso lo ampara bajo la excusa de ser algo propio de la juventud o incluso escudándolo en sus propios consumos, o haciendo vez que este al final y al cabo es “una mal menor”. Y además, aunque en cierta manera lejos de la famosa y tan comentada, teoría de la escalada que ya ha quedado de cierta manera desfasada, hay que tener en cuenta que los porros no son un eslabón más de una cadena en la que muchas veces es complicado saber el inicio y el fin, así el policonsumo de drogas es algo más que habitual entre jóvenes con afán y deseos de experimentar sensaciones novedosas o que desean escapar de una realidad que no la sienten como propia.
“Los progenitores perciben como existen cada vez más indicios de que el cannabis no es aquella droga de la que les hablaban sus padres, sus maestros o la televisión de su juventud, pero tampoco quieren sentirse culpables por si realmente los porros acaban dificultando el crecimiento de sus hijos adolescentes y ellos no le han dado la importancia que se merecía”.
Hoy en día, tanto en los reportajes de los medios de comunicación como en las noticias recibimos mensajes contradictorios sobre los efectos positivos o negativos del consumo de cánnabis haciendo que tengamos una posición clara y definida sobre los mismos. Si que hay que estar vigilante sobre los efectos de estos consumos en el desarrollo de los jóvenes.
“Cuanto más tarde nos ponemos, más trabajo acumulado tendremos que recuperar. Todo aquello que no hayamos hecho en su momento, nos volverá, pero de forma multiplicada”.
Es cierto, que muchas familias y también educadores se intentan poner una venda en los ojos al respecto de muchas situaciones de consumo bien poniéndose del lado de la argumentación de jóvenes consumidores o minimizando las consecuencias y repercusiones de los mismos, tal y como apuntábamos antes. Lo que si está claro que de alguna manera las consecuencias, discutidas eso si, posiblemente las veremos a medio plazo. Ya la situación social está complicada como aún por encima ponerle vallas. En cierta manera, me asusta encontrarme a una juventud sin ganas ni objetivos y con una cierta apatía hacia el futuro que les espera (y por añadidura) nos espera a todos. Evidentemente cada cual elige su camino pero los avances en todos los campos del saber se realizan con un esfuerzo colectivo y si se avanza en ámbitos como las ciencias o las humanidades es porque personas con ilusiones y mucho esfuerzo lo han hecho posible. No hace falta recordar en que ranking estamos a nivel educativo con respecto a otros países de Europa y del resto del mundo. Así que no nos comportemos como un video-juego que nos coma las ilusiones y el futuro.
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