El 15 de octubre el periódico Heraldo de Aragón informaba sobre un botellón de jóvenes quinceañeros que había tenido lugar en Zaragoza y describía el triste panorama que el alcohol había producido. En el lugar apenas había una ambulancia de la Cruz Roja. Policía ni uno. En fiestas la ley es flexible con el botellón.
Hay ocasiones en las que hay que poner el grito en el cielo y creo ésta es una de ellas.
Una vez más la ley del péndulo nos ha llevado a pasar de un modelo educativo con frecuencia estricto e intransigente a otro en el que todo vale y todo está permitido. Del padre autoritario preconstitucional se ha llegado al extremo opuesto, al padre que cede en todo y no sabe poner límites a nada.
También nuestra legislación ha tenido un movimiento pendular. Habiendo querido ser los más abiertos y tolerantes hemos banalizado cosas que son muy serias como el alcohol o el sexo. Según el Código Penal, con 13 años se puede prestar el consentimiento para tener relaciones sexuales. ¿Alguien en su sano juicio cree que su hija, con 13 años, puede consentir hacer el amor?
Ya basta que haya tiendas que venden alcohol a menores. Y que no me digan que no se puede evitar. Si aun estando prohibido lo venden pónganse sanciones ejemplares y ya veremos cómo se lo piensan antes de seguir vendiendo.
Ya basta de padres “guays” convencidos de que pueden ser “amigos” de sus hijos y no son capaces de poner límites a nada.
La relación entre padres e hijos se debe regir por deberes y derechos para ambos, al menos mientras los hijos permanezcan bajo la patria potestad de los padres, afirma Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada.
Los padres tienen que ser padres y no colegas de su hijo porque, en caso contrario, el hijo se queda huérfano, sin referentes, sin protectores ni instructores ni educadores.
La buena noticia es que hay padres que quieren educar a sus hijos. Que su educación les preocupa y les ocupa. Que puesto que les ocupa le dan la importancia y la dedicación que se merece. Y que puesto que les preocupa creen que hechos como los descritos no se deben producir. Así interpreto que Emilia me haya informado de lo ocurrido y se lo agradezco.
¿No crees amigo lector que hay muchas personas como ella, comprometidas con una paternidad/ maternidad responsable?
Autor: Alejandro Córdoba.
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