Expertas confirman la influencia de las nuevas tecnologías y el 'boom' de las apuestas deportivas. Vanessa Gargallo (Psicóloga de la Asociación de Ludópatas) y Sofía Pérez de Zabalza (Psicóloga de la Asociación de Ludópatas).
Fuente original: noticiasdenavarra.com
La Asociación de Ludópatas de Navarra Aralar, referente en la Comunidad Foral en el tratamiento de adicciones a todo tipo de juegos de azar, está comprobando ya los efectos de la expansión de las nuevas tecnologías, en comunión con las apuestas deportivas: el descenso en la edad de los socios afectados. "Estamos notando afluencia de gente más joven que hace unos años. Si antes el perfil era de una persona de entre 45 y 50 años, con las tragaperras como juego principal, ahora con las nuevas tecnologías, el acceso más fácil a todo tipo de juegos y la proliferación de salas de apuestas, la edad ha bajado a entre 30 y 40 años, pero también hay chicos de 18, 19 o 20 años", advierten las psicólogas Vanessa Gargallo y Sofía Pérez de Zabalza.
Ambas niegan que exista un perfil psicológico que predefina a un ludópata. "Si lo existiera, la prevención sería mucho más efectiva, pero desgraciadamente no lo hay. Cualquiera puede acabar teniendo problemas con el juego", apuntan las psicólogas, aunque advierten que "influyen las características del juego y los estímulos, y también un amplio abanico de factores familiares, sociales, de ambiente o emocionales".
Las psicólogas confirman que la crisis está reduciendo el gasto en juegos de azar, y diferencian entre dos tipos de jugadores que llegan hasta la asociación, aquellos que "han adquirido unas deudas importantes a lo largo del tiempo" y los que "se han gastado todo lo que tenían, pero no han ido más allá". "No obstante, todas son personas que nunca han tenido una calidad de vida buena, porque si ganaban un salario se lo jugaban, o si estaban en el paro se gastaban la prestación por desempleo. Y si no tienen ingresos, recurren a otras personas que se lo prestan", indica Daniela Scorrani, gestora social de la asociación.
Internet, advierten desde Aralar, ha abierto las puertas del juego a muchos jóvenes. "El juego está socialmente aceptado y la afición a los deportes que hay en España también contribuye. Muchas veces los jugadores no son conscientes de que esa situación se les puede ir de las manos". Entre las señales de alarma que deben buscar los padres está el aislamiento social. "Los jugadores tratan de ocultar que juegan. Disimulan para que nadie se dé cuenta, pero en casa se pueden ver cambios de humor cuando no están jugando o cuando pierden. También sienten ansiedad cuando esto último ocurre", explica Vanessa Gargallo.
La línea roja que uno mismo debe buscar para convencerse de que las apuestas se han transformado en una ludopatía es cuando "se convierten en una preocupación que ocupan la mayor parte de tu tiempo. Cuando estás todo el día pensando en qué y a quién apostar debes intentar buscar ayuda", alerta Sofía Pérez de Zabalza.
Aralar, que tiene su sede en la calle Alfonso el Batallador, número 10 de Pamplona (teléfonos 948-25291 y 665-802545), no solo atiende a los jugadores con problemas de ludopatía, sino también a sus familias, que en muchos casos son su puerta de entrada. Al llegar hasta la asociación, el socio afectado expone su situación y, después de ser entrevistado por las psicólogas, éstas deciden cuál es la mejor terapia, grupal o individual. "En la terapia grupal se reúnen los socios y cuentan sus experiencias. Si el caso es más complejo y la ludopatía está más avanzada, entonces se opta por la terapia individual".
Para estimular a los afectados a que mantengan la abstinencia, la terapia maneja unos códigos de colores que se van obteniendo conforme aumenta el tiempo sin jugar, del rojo al blanco, que se consigue cuando han transcurrido dos años de abstinencia. "Aunque ya han adquirido unos hábitos, con terapia pueden lograr no volver a jugar en su vida", alientan las expertas, que insisten en que afrontar el problema lo antes posible favorece el tratamiento.
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