Propuestas para lograr comunidades más saludables, libres de drogas.
Con la pretensión de sensibilizar sobre el problema que el consumo de sustancias supone para nuestra sociedad en su conjunto, y especialmente para los jóvenes, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) impulsa una campaña internacional que enfatiza la promoción de la salud, con el lema «Comunidades saludables. Libres de drogas».
No viene mal que se mantenga encendida la luz de aviso sobre esta materia, teniendo en cuenta que, por diversas razones, la preocupación por las drogas en la sociedad española ha ido descendiendo en la escala de las encuestas del CIS de un modo constante. Sin embargo, en aparente contradicción, es muy frecuente encontrar en los medios de comunicación noticias sobre las consecuencias del uso que los jóvenes hacen del alcohol en sus contextos de ocio.
Efectivamente, es de sobra conocido que el alcohol está integrado en nuestra cultura y que es, junto al tabaco, una sustancia legal con la que convivimos a diario. Tiene un fuerte contenido simbólico y se asienta en mitos fuertemente arraigados que refuerzan por vía ideológica una situación de facto: el amplio consumo que se hace en nuestra sociedad y la tolerancia que se tiene hacia el mismo. Sin duda el primer factor de riesgo a considerar en la conducta de consumo de alcohol de algunos jóvenes, es precisamente la propia cultura y conducta alcohólica de algunos adultos. Antes de rasgarnos las vestiduras, deberíamos comenzar de una vez por todas a reflexionar sobre los hábitos, costumbres, formas de vida y consumo de los adultos en nuestra sociedad.
Se sabe que el consumo de alcohol se relaciona con posibles enfermedades físicas y neurológicas. Efectivamente, los adolescentes que ingieren alcohol compulsivamente en un corto periodo de tiempo (atracones), o de un modo continuado, pueden dañar un cerebro que aún está por formar, de modo que cuando lleguen a la madurez, aunque cesen en el consumo, corren el riego sufrir secuelas que en algunos casos pueden ser irreversibles, al haberse desarrollado ciertas áreas del cerebro de forma inadecuada. A estos problemas hay que añadir otros de índole familiar, educativa, o social. Sin embargo, no pocos jóvenes, parecen no enterarse, a pesar de tener a su alcance toda la información, de estos riesgos. No obstante, también sabemos que disponer de información en lo relativo a las drogas es necesario pero no es suficiente para prevenir su abuso.
Otros factores influyen además en la conducta del uso y abuso de sustancias, incluido el alcohol, como son: la mayor relevancia de las expectativas sobre los efectos que los efectos mismos. También debemos pensar más en el peso de la transgresión que en el de la institucionalización, es decir, aunque consuman drogas, lo van hacer de la manera menos institucionalizada posible, por eso el alcohol lo consumirán en la calle, dándole más relevancia a las relaciones sociales y al contexto que los que las consumen.
Dicho lo anterior y desde la complejidad que parece tener en el momento presente el problema del consumo de drogas y alcohol en los jóvenes, desde Proyecto Hombre creemos que desde nuestra experiencia de trabajo precisamente con jóvenes podemos aportar algunas propuestas:
1. El abordaje debe ser desde un enfoque comunitario, esto es, incluyendo a todo el tejido social, primando la participación de los jóvenes y no dejando estas cuestiones solamente en manos de los especialistas.
2. Debe haber una implicación clara de la Administración en las políticas preventivas que se han demostrado eficaces, por haber sido evaluados sus resultados de manera satisfactoria, tanto en el ámbito familiar, escolar o de ocio.
3. Anteponer en las intervenciones, la preocupación por la salud a otras medidas referidas a la convivencia, aun siendo estas muy importantes.
4. Abrir un debate que posibilite la unificación de criterios normativos comunes en nuestra comunidad autónoma.
5. Repasar en el debate social, como ya se ha hecho con el tabaco, el papel y los significados del consumo de alcohol en la actualidad, también en los adultos, para que todas las propuestas tengan el necesario trasfondo de coherencia.
Sabemos que el desarrollo de estas propuestas no es fácil, de hecho se viene trabajando desde hace años, pero quizá en el momento presente exista una sensibilidad mayor para desarrollarlas.
En Proyecto Hombre, cuando estamos a punto de cumplir 25 años de existencia en Asturias, sabemos que es posible dejar las drogas; así lo constatamos cada día desde el compromiso de nuestro personal técnico, de las personas voluntarias, las familias y las instituciones que colaboran y animan nuestro trabajo, para hacer más saludable nuestra sociedad.
Fuente: LUIS MANUEL FLÓREZ, «FLORO» DIRECTOR DE PROYECTO HOMBRE EN ESPAÑA. http://www.lne.es/opinion/2011/06/27/juventud-sociedad-alcohol/1094964.html
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