Según las cifras de NIDA (National Institute on Drug Abuse), las personas mayores de 65 años conforman el 13 por ciento de la población en los Estados Unidos, sin embargo suponen una tercera parte de quienes reciben medicamentos recetados. Los pacientes mayores suelen tener condiciones que necesitan de recetas a largo plazo, pero también reciben tratamiento a corto plazo para otro tipo de condiciones, no necesariamente de su médico primario. Al tener múltiples recetas y acudir a diferentes médicos, pueden sufrir una sobredosis, efectos secundarios de interacción de medicamentos o acabar utilizándolas incorrectamente. Incluso, muchas medicinas no mezclan bien con alcohol.
Las personas mayores también están a riesgo de abuso de drogas recetadas, es decir, toman medicinas que no son necesarias o las toman de la manera incorrecta. Además de las recetas, un gran porcentaje de personas mayores utilizan medicamentos que se venden sin receta así como suplementos. Las consecuencias en personas mayores son mucho peores que entre personas más jóvenes ya hay cambios en el metabolismo y pueden tener reacciones adversas mucho más fuertes que una persona más joven.
Cualquier persona que no utilice un medicamento, recetado o no, según fue prescrito o según sus instrucciones, está haciendo mal uso del mismo.
El hablar de abuso de drogas conjura imágenes de adolescentes fumando marihuana o treintañeros inhalando polvo blanco. Sin embargo, una de las tendencias que más preocupa a expertos y autoridades de la salud es la explosión en los números de pacientes mayores de 50 años que necesitan intervención y tratamiento por adicción a medicinas y otras substancias.
De acuerdo al último reporte de la Agencia federal para Servicios de Salud Mental y Abuso de Drogas (SAMHSA, por sus siglas en inglés), el fenómeno de los adictos en la tercera edad ha crecido de manera exponencial en la última década y requiere que se dupliquen los centros de tratamiento especializados antes del 2020. El estudio indica que 4.3 millones de adultos mayores de 50 años -equivalente al 4.7 por ciento de la población de esas edad - ha ingerido sustancias ilegales en el último año y que la marijuana es la droga más común entre el grupo con edades entre 50 y 60 años, mientras que el abuso de medicinas con receta es el problema más común entre los adultos mayores de 65 años.
Los hombres mayores de 50 años serían más propensos a consumir drogas en general que las mujeres de su misma edad, aunque el estudio del SAMHSA indicó que la situación se revierte en el caso específico del abuso de medicinas recetadas, porque son las damas -y en particular las mayores de 65 años- las que tienen más incidencia de abusos.
“Hay factores físicos, psicológicos y sociales que hacen que los pacientes de la tercera edad sean más vulnerables a caer en la adicción”, explica Angela Conway, terapeuta especializada del Centro de Tratamiento de Adicciones del hospital South Miami. “En primer lugar, están los factores naturales del envejecimiento, como los dolores en las articulaciones o caídas que llevan a la prescripción de ciertas medicinas que pueden llegar a producir dependencia. Después están los factores psicológicos como la tristeza por la pérdida de amigos y familiares o simplemente la distancia, porque en la Florida hay muchos pacientes cuyas familias viven en otras tierras. Finalmente están los factores sociales, que por las limitaciones físicas de la edad a veces empiezan a aislarse”, dice.
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/2011/09/11/1020374/cuando-los-medicamentos-generan.html#ixzz1Xejp0GbH
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