El ser aficionado al deporte en general no es cualquier cosa, pues no nos basta únicamente con ver todos los partidos de nuestros equipos favoritos, y hasta algunos que no apoyamos, pero con los que sí simpatizamos, porque habitualmente garantizan partidos agradables y entretenidos.
Ni qué decir de las grandes Finales y, por supuesto, de los imperdibles clásicos.
Sin embargo, el hambre por emular las hazañas de nuestros ídolos dentro del terreno de juego y el afán de sacarnos la espinita de no dedicarnos a lo que siempre soñamos ser, puede llevarnos a cometer cualquier especie de locura: desde el simple hecho de comprar la indumentaria oficial de nuestro equipo con el nombre y número de nuestros jugadores favoritos, enrolarnos a una Liga amateur o, bien, convertirnos en unos atletas de alto rendimiento, pero de sillón, pasando horas empedernidos con los videojuegos, con los que podemos organizar torneos entre los cuates hasta sentirnos verdaderos campeones del mundo.
Y es muy curiosa la evolución que han tenido los cracks del videojuego, pues han logrado pasar de ser aquel vaguito de la farmacia que siempre nos daba baje con nuestras fichas en las maquinitas, ¡hasta convertirse literalmente en los campeones mundiales de los torneos que hoy en día se realizan de títulos como el Madden, FIFA, Age of Empires y demás!
Si nos centramos exclusivamente en videojuegos deportivos, creo que muchos hemos dejado varias neuronas en nuestras horas de desvelo con el Gran Turismo, obviando por supuesto el FIFA, el Madden y hasta el legendario Tecmo Bowl, de hace varias décadas.
Entre mis favoritos particulares destaca el Top Spin, con el que uno puede crear a su propio tenista y competir con los grandes del circuito ATP, y mi más reciente obsesión: el Football Manager, que en computadora es un poco aburrido, pero que su versión para iPad me ha traído vuelto loco en lo que va del 2012.
Para los que no lo ubican, les platico en tres renglones que Football Manager es un videojuego con el que uno simplemente es el técnico de un equipo, controla los entrenamientos, las fi nanzas y, por supuesto, las contrataciones, con la angustia de poderse encontrar con los boicots de vestidor, una mala relación con la directiva y, desde luego, un equipo al borde de la quiebra que difícilmente puede reforzarse.
Puede sonar bastante ñoño, pero la adrenalina y el grado de adicción que suele provocar el Football Manager nunca lo había vivido con ningún otro videojuego. Según la estadística de mi juego, en lo que va de 2012, he dedicado cuatro días, una hora y 13 minutos exclusivamente a jugar Football Manager, con lo que he sido despedido en dos ocasiones y ascendido a un par de equipos a la Premier League.
Sin embargo, el verdadero momento de angustia llegó cuando me encontré con la noticia de que una editorial está buscando a los verdaderos adictos del Football Manager para editar un libro, y no precisamente con trucos y tips para ganar la Champions con el Albacete ni mucho menos; sino para documentar la manera en la que un videojuego puede arruinar nuestras vidas.
Hasta el momento, la editorial ha reportado 35 divorcios que citan como causa la ‘adicción al Football Manager’, 60 sujetos que han incluido sus logros y trayectoria en el videojuego en su currículum a la hora de pedir trabajo, y la historia de un señor al que se le realizó un transplante de corazón que introdujo de contrabando su computadora portátil al hospital, causando una alarma médica, cuando su equipo de Football Manager anotó un gol de último minuto.
Dicen que en todo tipo de adicción, el primer paso es la aceptación, así que: “Hola, soy Sopitas, y soy adicto”. ¿A ustedes, qué videojuegos les han robado parte de su vida?
Fuente: http://www.record.com.mx/blog/sopitas/2012-03-02/adicciones-peligrosas
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