La Asociación Internacional de Policía (IPA) aboga por una legislación estatal 'antibotellón' que delimite las normas y la forma de actuar de la Policía ante los problemas sociales y de salud pública que causa esta costumbre cada vez más extendida entre los jóvenes españoles.
Así se ha puesto de manifiesto hoy en una jornada que bajo el título "Actuación policial frente al botellón y sus consecuencias. Legislación vigente", se ha celebrado en Palencia, organizada por el ayuntamiento de la capital y la agrupación palentina de la Asociación Internacional de Policía -IPA-.
El objetivo de esta jornada, dirigida a asociaciones de vecinos, padres y madres, asistentes sociales y Fuerzas de Seguridad del Estado, ha sido "acercar a la sociedad la actuación policial en el problema del botellón desde un punto de vista operativo y jurídico", ha explicado a Efe el delegado de IPA en Palencia, Luis Ángel Espeso.
Para ello se ha contado con la presencia de expertos como Ángel Cantalapiedra, inspector Jefe del Distrito tercero de la Policía Municipal de Valladolid y profesor de Criminología en la Universidad Europea Miguel de Cervantes, y José Antonio Varela, director de Interior, Emergencias y Protección Civil de Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía.
También han participado José Antonio Alonso, exinspector de la Policía Local de Avilés, intendente de la Policía Local de Gijón y profesor de la Escuela de Seguridad Pública del Principado de Asturias.
Alonso ha destacado, en declaraciones a Efe, la necesidad de una legislación estatal antibotellón que establezca una consideración unánime del problema en todo el territorio y que delimite la actuación policial ante la costumbre de beber gran cantidad de bebidas alcohólicas en la calle.
Además "serviría de coartada a los ayuntamientos" ya que actualmente hay comunidades autónomas que han desarrollado una legislación, pero en la mayoría de los casos recae en los ayuntamientos la decisión de prohibir o no el botellón, lo que dificulta el trabajo policial además de la inseguridad jurídica que ocasiona que hay ciudades vecinas con normativas diferentes.
Una legislación nacional permitiría abordar el botellón de una forma unánime para atajar una cuestión que genera problemas de convivencia, de civismo, accidentes, comas etílicos, peleas, gritos y en general la crispación de vecinos, según dichas fuentes.
De hecho, según ha destacado Alonso, en los lugares donde existe una normativa prohibiendo el botellón ha sido generalmente la presión vecinal la que "ha tirado de la legislación", de lo que se deduce que el botellón preocupa más como un problema vecinal que como un problema de salud pública.
Una costumbre más extendida en las ciudades del sur de España donde la climatología y el carácter hacen más propicias las reuniones en la calle, pero que afecta, en mayor o menor medida, a todas las ciudades españolas, ha añadido.
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