Todo parece indicar que en la actualidad la incidencia de RAM se ha incrementado a nivel mundial, aunque su registro sea una actividad reciente en buena parte de los países, que dista de ser sistemática y exhaustiva. Como señala Iván Illich la vida humana se ha medicalizado y uno de los factores fundamentales es el incremento en el consumo de fármacos, de tal modo que como señalan dos connotados farmacoepidemiólogos, “se asiste a una verdadera epidemia de todo tipo de enfermedades inducidas por fármacos, como consecuencia del uso excesivo de tratamientos que son a menudo innecesarios”. Aunque algunos autores cuestionan el impacto de los medicamentos en la salud pública, otros señalan la contribución de los fármacos y vacunas al aumento de la esperanza de vida por la reducción de la mortalidad en enfermedades infecciosas y cardiovasculares, así como en la disminución de hospitalizaciones en enfermedades mentales y diabetes. No obstante, también se destaca que el mal uso de los medicamentos ha contribuido a incrementar otras causas de morbilidad y mortalidad.En contraparte, es muy escasa la investigación sobre medidas terapéuticas distintas de los medicamentos, además de que es considerable el daño por iatrogenias.
En la aparición de las RAM y otros efectos adversos, como es el desarrollo de resistencias terapéuticas e interacciones medicamentosas, se encuentran imbricados varios elementos que propician un uso no racional de los medicamentos, desde los errores médicos en el diagnóstico y prescripción del tratamiento, hasta una inadecuada adherencia terapéutica, todo lo cual puede ser motivo para consumir medicación innecesaria, en indicaciones, posología y tiempos incorrectos. El hecho de que una persona siga o no una recomendación de salud, depende ciertamente de la percepción de su susceptibilidad personal a la patología, la severidad de sus consecuencias orgánicas o sociales y a los obstáculos físicos, psicológicos o financieros para el cumplimiento terapéutico. La adherencia terapéutica o cumplimiento (“compliance”,en inglés) como “..el grado en el que la conducta del paciente en términos de ingesta de medicamentos, seguimiento de dietas o cambios de estilo de vida coincide con la prescripción clínica”. Algunos estudios consideran que cerca de un tercio de pacientes en general y aproximadamente la mitad de los que padecen enfermedades crónicas no siguen las prescripciones médicas. No han faltado quienes, desde las ciencias sociales, han denunciado los usos ideológicos y reduccionistas del concepto de cumplimiento tal y como se ejerce desde la práctica médica, con el resultado de que han surgido otros conceptos menos cargados que otorgan, supuestamente, mayor autonomía y capacidad de decisión a los pacientes, como“adhesión a la medicación”, “conducta de tomar medicamentos”, “fidelidad al tratamiento”.
Publicado en: https://www.facebook.com/notes/epidemiologia-sociocultural/consumo-de-medicamentos-y-reacciones-adversas/10150448443835286. Consultado el 04 de enero de 2012.
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