03 January, 2012

El consumo de alcohol dispara en Navidad las complicaciones cardiovasculares y del sistema nervioso.

Interesante artículo que hace una reflexión sobre el consumo de alcohol en las fiestas navideñas. Con el aumento en estas fechas de la cantidad de alcohol consumido también aumentan el número de complicaciones y eventos cardiovasculares y del sistema nervioso. A continuación hace un resumen, que nunca esta de más tenerlo en cuenta, sobre qué es el alcohol, tipos de bebidas, diferencias entre el uso, abuso y dependencia, y un decálogo de recomendaciones, entre otras cuestiones.

La defensa metabólica ante el alcohol es más baja en menores de 17 años, por lo que su consumo en estas etapas de la vida puede producir más fácilmente alteraciones orgánicas y/o psicológicas.

El consumo de alcohol es un hábito fuertemente arraigado y culturalmente aceptado por la mayoría de los países occidentales. España es un importante productor y consumidor de bebidas alcohólicas. Durante las fiestas de Navidad el consumo se dispara de media en Europa un 25 por ciento y con ello las complicaciones en nuestro hígado, páncreas, sistema nervioso y cardiovascular, además del índice de accidentes de tráfico. Así, el doctor Alejandro José Domingo, internista y endocrinólogo del Hospital USP San Camilo de Madrid, recomienda determinadas medidas de prevención para evitar los trastornos en la salud y a nivel afectivo.

¿Qué es el alcohol?

En el caso de las bebidas alcohólicas nos referimos generalmente al etanol o alcohol etílico. La única diferencia en el alcohol presente en las distintas bebidas está en su grado de concentración, que debe aparecer indicado en la etiqueta.
Las bebidas alcohólicas son de dos tipos:

1) Bebidas fermentadas: obtenidas por fermentación de un mosto abundante en azúcares. Su grado de alcohol puede oscilar entre 5 y 15 grados. Ej: sidra, cava, vino, cerveza, etc.. 2) Bebidas destiladas: se obtienen mediante un proceso artificial, destilando una bebida fermentada y aumentando su concentración de alcohol puro. Su grado de alcohol suele oscilar entre 17 y 45 grados. Ej: ginebra, ron, whisky, vodka, anís, coñac, aguardiente, licores, etc.

¿Cómo afecta?

El alcohol es la sustancia de abuso más extendida en España y el alcoholismo uno de los principales problemas socio-sanitarios.

La intoxicación por el alcohol puede ser aguda o crónica y no es lo mismo la ingestión masiva ocasional de una noche de celebración que la continuada, aunque sea solo semanal, de cantidades crecientes del tóxico. Tanto en una como en otra los efectos sobre los distintos órganos son graves.

Una vez ingerido, el alcohol se absorbe en el estómago y de ahí pasa a la sangre. La velocidad de este proceso depende de la cantidad de alcohol ingerida y las características de la bebida consumida, así como de presencia de alimentos en el estómago.

Ya en la sangre, se distribuye por todos los órganos del cuerpo humano, afectando de forma especial al esófago (cáncer de esófago o rotura esofágica), estómago (úlceras gástricas y duodenales), hígado (cirrosis), al páncreas (pancreatitis aguda o pancreatitis crónica con brotes agudos) y a los sistemas nervioso (retrasa el tiempo de reacción, produce una falta de percepción del riesgo, da una falsa seguridad, provoca descoordinación psicomotora, conlleva alteraciones sensoriales, principalmente de la visión, origina somnolencia, cansancio y fatiga…; una de las patologías más típicas que produce es el coma etílico), cardiovascular (cardiomiopatías…) y reproductor (infertilidad y pérdida de la potencia sexual). A ello hay que sumar los nocivos efectos a nivel psicológico. En la intoxicación aguda estomago y sistema nervioso son los más afectados y en la crónica la afectación puede ser global.

Decálogo de recomendaciones

1) El nivel máximo de alcohol en sangre se alcanza entre los 30 y 90 minutos desde que se ingiere la bebida. Su eliminación tarda de 8 a 10 horas, pudiendo alcanzar hasta las 18 horas en determinados casos.
2) Hay que decidir por adelantado si se va o no a beber alcohol. a) Si se va a beber es conveniente pensar en la cantidad que no se va a sobrepasar para no dejarnos llevar por la situación. Conviene alternar el consumo de bebidas con y sin alcohol. b) Si no se va a beber conviene pensar con antelación en otras bebidas sin alcohol que nos apetezcan.
3) Es mejor consumir la bebida alcohólica a tragos cortos y aumentando el tiempo entre uno y otro.
4) La defensa metabólica ante el alcohol es más baja en menores de 17 años, por lo que su consumo en estas etapas de la vida puede producir más fácilmente alteraciones orgánicas y/o psicológicas.
5) Si estás embarazada, cero alcohol.
6) En el caso de los diabéticos, hipertensos, personas que sufren cardiopatías o con sobrepeso, moderación: las bebidas alcohólicas contienen azúcar y, por lo tanto, pueden provocar un aumento de los niveles de glucemia. Además, contienen muchas calorías por lo que favorecen el aumento de peso.
7) El alcohol puede potenciar o inhibir los efectos de fármacos, como antibióticos y antidepresivos.
8) Si hemos abusado del consumo de alcohol hay que valorar sus consecuencias en lo que se refiere a alteraciones de las relaciones con la familia, amigos, etc.
9) Asimismo, el consumo de alcohol se relaciona directamente con la siniestralidad laboral y la violencia machista.
10) Hay que tener en cuenta que las personas que conducen bajo los efectos del alcohol presentan disminución en su capacidad psicomotora, de la visión y del comportamiento y la conducta y se exponen, por tanto, a un riesgo muy elevado para su salud y su vida, además de poner en peligro a sus acompañantes y a otros usuarios de la vía pública. La tasa de alcoholemia máxima en España es de 0,5 gramos por litro en sangre o 0,25 miligramos en aire espirado.

Etapas o fases de la borrachera.

a) Excitación por la afectación de los centros nerviosos superiores: alteraciones en la conducta y modificaciones sensoriales (desinhibición, pérdida de autocontrol, euforia y exaltación de la amistad, excitación, reconocimiento de verdades y halagos a las personas que nos rodean, alteraciones de la visión, degradación del idioma...)
b) Sedación por la acción de depresión del resto de las estructuras nerviosas superiores: libera impulsos primitivos, alterando la afectividad y provocando irritación y agresividad.
c) Tras estas dos fases, el alcohol puede llegar a provocar síntomas de narcosis y puede conducir al coma e incluso a la muerte por parada respiratoria.

Uso, abuso y dependencia.

En los grados de consumo de alcohol podemos hablar de tres etapas que son el uso, abuso y dependencia.

En la etapa del uso tenemos que tener en cuenta si lo que habitualmente u ocasionalmente tomamos esta por debajo de los limites en que el alcohol comienza a afectar negativamente al organismo y para ello debemos conocer esa dosis tolerable y nunca rebasarlas.

El abuso es aquel consumo que puede tener consecuencias muy negativas (agudas o crónicas) para las personas porque se superen determinadas cantidades (40g/día –cuatro cañas de cerveza, vinos o dos bebidas destiladas- para hombres y 30 g/día –dos cañas, vinos o una bebida destilada- para mujeres) o debido a situaciones concomitantes: conducción de vehículos, juventud, embarazo, consumir medicamentos... En cualquier caso, esta dosis máxima, es bastante “discutible” porque depende del estado de nutrición del individuo, su costumbre a la hora de beber, su edad, factores genéticos, etc.

La etapa de la dependencia es la forma más grave de alcoholismo; se trata de bebedores habituales que ya han desarrollado tolerancia ante el alcohol y cada vez necesitan mayores cantidades para conseguir el mismo efecto. Aunque en ocasiones y etapas avanzadas aun con mínimas cantidades que beban surgen los graves síntomas de la intoxicación.

Fuente del artículo original: http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/12555/1/El-consumo-de-alcohol-dispara-en-Navidad-las-complicaciones-cardiovasculares-y-del-sistema-nervioso/Page1.html

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