10 January, 2012

Enganchados a ir de tiendas

Psicólogos y terapeutas gallegos alertan de que durante los períodos de rebajas se detectan más casos de compradores compulsivos, adicción que afecta al menos al 5% de la población gallega.

Un centro comercial durante el primer día de las rebajas. / marta g.brea

Un centro comercial durante el primer día de las rebajas.

Gastan más dinero del que tienen solo por el placer de comprar ya que, muchas veces, los productos adquiridos van directamente al olvido de un cajón. Son los compradores compulsivos, una adicción que padecen al menos el 5% de los gallegos y cuya existencia se hace más visible en época de rebajas, uno de los períodos más críticos para los vulnerables a la compra fácil. Detrás de este uso excesivo de la tarjeta de crédito hay problemas como baja autoestima, ansiedad o depresión. Psicólogos gallegos aseguran que para los adictos, las compras "son una vía de escape de los problemas". Para evitar estos casos, piden reeducar a la sociedad sobre el consumo

Comprar sin control, por encima de sus posibilidades económicas, a cualquier hora y todo tipo de objetos -aunque muchas veces vayan a quedar olvidados en un cajón- es el patrón que siguen los adictos a las compras, un trastorno que afecta a entre el 4 y el 5% de la población gallega y cuya existencia se hace más visible en períodos de rebajas como el actual. "En estas épocas suelen verse más casos porque los descuentos influyen en la gente más vulnerable", indica el profesor de Psicología de la Universidade de Santiago José Manuel Otero, autor del primer estudio estatal sobre esta adicción. "Las campañas publicitarias, las invitaciones agresivas al consumo de estas fechas, no les ayuda", añade Juan Lamas, presidente de la Asociación Gallega de Juegos de Azar (Agaja), donde también tratan a compradores compulsivos.

La clave para diferenciar entre quienes compran mucho por que sí y quienes sufren una adicción está en la dependencia. "Son personas que necesitan la compra para sentirse bien. Da igual si es de noche o muy tarde que tienen que salir de casa para adquirir lo que desean", indica Otero, quien añade: "En estas personas además, sólo tiene sentido comprar. El resto de facetas de su vida las dejan a un lado". La falta de control del gasto también delata a los compradores compulsivos. "Hay quien puede comprar en exceso, pero si quiere puede parar de hacerlo. Cuando hay una adicción, estas personas no son capaces de reprimirse y siguen comprando aunque sea por encima de sus posibilidades económicas", indica Lamas.

Como en muchas otras adicciones -como la del juego- las mentiras comienzan a formar parte de estos compradores. "Engañan para justificar el gasto excesivo, simulan que son regalos y todo esto provoca que se deterioren los vínculos familiares", añade Otero.
Detrás de los compradores compulsivos suele haber un problema emocional negativo. "Es gente con la autoestima débil, que sufre ansiedad o depresión y que ve las compras como una vía de escape", indica este psicólogo gallego. Compran para cubrir una necesidad, no porque necesiten ni realmente deseen el objeto adquirido. Pese a esto, desde una de las asociaciones gallegas que tratan a estos pacientes aseguran que "prácticamente cualquiera puede caer en esto". En cuanto al perfil de estos pacientes, las mujeres son mayoría en las terapias para deshabituarse de las compras. "El perfil de adicto es el de una mujer, de 25 a 35 años, y de clase media-baja cuando llega a consulta claro, tras numerosos problemas económicos", indica Otero.

Los expertos difieren, sin embargo, en la influencia que tiene la crisis sobre estos adictos. Juan Lamas cree que la difícil situación económica no incrementa el número de compradores compulsivos aunque sí los hace más visibles. "En la época de bonanza, cuando dan créditos fácilmente es más fácil esconder los problemas económicos de esta adicción, pero ahora no", sostiene. José Manuel Otero sí considera que pueden darse más casos. "Aunque se supone que a menos dinero, más necesidad de racionalizarlo, lo cierto es que la crisis puede aflorar ciertas depresiones que finalicen en adicciones a las compras y es una época con más descuentos de lo habitual", sostiene.

Para él, parte del problema se solucionaría con la prevención, algo que obligaría a reeducar a la sociedad. "Mientras se le de tanta importancia al materialismo, no se analicen los anuncios desde un punto de vista más crítico y los padres no eduquen a la hora de comprar no hacemos nada", indica este psicólogo. Mientras, el consumo ganará la batalla en algunos hogares.

Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2012/01/10/enganchados-tiendas/567910.html consultado el 10 de enero de 2012.

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