“hace un par de meses, Martin Lindstrom, el gurú del marketing neuronal, investigó las actividades cerebrales de los dueños de iPhones. Su intención era descubrir si un móvil podía crear adictos igual que hacen las drogas, el alcohol o los cigarrillos. A una docena de voluntarios les mostraron archivos de audio y vídeo de iPhones sonando y observaron cómo reaccionaban sus cerebros. Para sorpresa de Lindstrom, no se activaron las sinapsis que lo hacen ante conductas condicionadas, como les ocurre a los adictos al juego. Las regiones que se activaron fueron aquellas responsables del amor y el afecto. Los cerebros reaccionaban ante el iPhone igual que ante la presencia de la persona amada”.Parece que cada vez más se demuestran los comportamientos y efectos adictivos de las nuevas tecnologías, también otro estudio esta vez de la Academia China de las Ciencias, dictaminaba que el cerebro de una persona adicta a Internet se comporta químicamente de manera similar a quienes sufren una dependencia por el alcohol, ciertas drogas e incluso el juego.
“La investigación consistió en escanear los cerebros de 25 hombres y mujeres de entre 14 y 21 años a quienes se les diagnosticó un padecimiento de reciente cuño denominado “Trastorno de Adicción a Internet”, para saber en qué se distinguían del cerebro de personas adictas y no adictas.Lo cual da a entender un cierto agravamiento de los síntomas de las personas adictas a las nuevas tecnologías. Pero estos últimos estudios ¿dan una imagen real de a lo que nos enfrentamos hoy en día?. No hay que negar el poder seductor y adictivo que tiene en las personas todo lo que supone una exposición excesiva a internet. Los móviles de nueva generación permiten tener conexión en todo momento a la red. Exposición e inmediatez de estímulo-respuesta hacen que se refuerce el comportamiento adictivo. Ciertamente, ya hace tiempo se lleva hablando de los diferentes trastornos adictivos relacionados con el uso de los smartphones. Y uno de los más famosos puede ser el conocido como Crackberry asociado al uso de las famosas Blackberrys.
Según los científicos, dicha diferencia estriba en la zona del cerebro ligada al procesamiento emocional, habilidades ejecutivas de pensamiento y funcionamiento cognitivo. En los adictos a Internet, esta parte del cerebro presentó conexiones anormales entre las fibras nerviosas, un fenómeno también observado en personas con alcoholismo y otros trastornos de impulsividad”.
Si alguna vez nos vemos en alguna de estas situaciones…
Ya se han empezado a editar manuales que tratan de la atención a este tipo de adicciones, CrackBerry: True Tales of BlackBerry Use and Abuse (Books for Professionals by Professionals). El libro ofrece consejos para un uso responsable de estos terminales y en aquellos casos que sea necesario un tratamiento para una deshabituación de su uso utiliza el método de los “12 pasos”.
Por eso hay que saber desconectar para conectar.
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