El Foro Autonómico de Tabaquismo y SEPAR consideran que ayudar a los fumadores a abandonar este hábito es una medida sanitaria eficiente y prioritaria.
Un 15,5% de las madres y un 37% de los padres son fumadores diarios.
Un 14,2% de los alumnos relatan que por lo menos una de las personas con las que convive fuma diariamente en casa.
El Foro Autonómico de Tabaquismo que lidera la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica reunió a expertos neumólogos de las todas las sociedades científicas autonómicas el pasado 26 de noviembre para analizar la situación actual de la prevención y tratamiento del tabaquismo en España, revisando las consecuencias de la implantación de la actual Ley del tabaco. Entre las conclusiones destacan que la ley ha sido aceptada por la mayoría de la población y su cumplimiento es elevado en todos los establecimientos de hostelería sin ningún perjuicio económico grave para el sector. Los profesionales de la salud respiratoria consideran que hay que seguir trabajando en la misma dirección y que cualquier flexibilización de la ley ahora podría suponer un retroceso.
Insisten en que las políticas sanitarias deben promocionar las actividades asistenciales encaminadas a ayudar a los fumadores a dejar de serlo, pues han demostrado una excelente relación coste/beneficio fundamental en momentos de crisis Además, aunque todavía es pronto para analiza el impacto de la ley sobre la salud existen evidencias de que esta protege la salud de los no fumadores del aire contaminado por el humo del tabaco. En este sentido, el coordinador del Area de Tabaquismo de SEPAR, el Dr. Carlos Jiménez, considera “fundamental mantener la labor divulgadora sobre los daños del tabaco, la necesidad de continuar las campañas de sensibilización social y de impulsar políticas deshabituación tabáquica dado que las cifras de prevalencia de EPOC y cáncer de pulmón son elevadas y siguen creciendo”.
Uno de los colectivos prioritarios para SEPAR son los niños y jóvenes ya que por un lado reciben la influencia directa del entorno como fumadores pasivos y, por otro, se incorporan al hábito tabáquico en edades muy tempranas, alrededor de los 13 años. A modo de ejemplo, la revista Prevención del Tabaquismo de SEPAR publicaba en su último número un estudio sobre la exposición de niños al humo ambiental del tabaco (FAT) realizado en Braga (Portugal) con niños de alrededor de 9 años cuyos resultados no difieren de los obtenidos en otros países como Inglaterra, Estados Unidos o España. El estudio demuestra que un número significativo de niños sigue expuesto al humo en su hogar, pese a la evidencia de que el humo ambiental del tabaco es perjudicial para la salud en todas las fases de la vida, pero especialmente en la infancia.
La exposición pasiva al humo ambiental del tabaco de los niños está asociada a una serie de problemas para su salud como: tos, ronquera, disnea, mayor riesgo de infecciones agudas (bronquitis y neumonía) y infecciones respiratorias de repetición, como inducción y exacerbación de asma, pero, además, “el consumo de tabaco en el domicilio es un factor de riesgo para que los hijos sean fumadores posteriormente” indica el Dr. Jiménez. Los resultados de este estudio portugués revelan que un 15,5% de las madres y el 37% de los padres son fumadores diarios. Además, el 11,4% de las madres y el 25,8% de los padres fuma diaria o ocasionalmente en el domicilio. El 14,2% de los alumnos relata que por lo menos una de las personas con las que convive (padre, madre, hermano u otro) fuma diariamente en casa y el 28% que lo hace ocasionalmente. Por tanto, se estima que un 42,2% de los alumnos está expuesto diaria u ocasionalmente al humo ambiental del tabaco. Estos datos coinciden con un estudio de 2006 realizado por la OMS y la CDC (Center for Disease Control and Prevention) que entrevistaba a adolescentes entre 13 y 15 años, pertenecientes a 132 países, y estima que un 43,9% de esos adolescentes está expuesto al humo ambiental del tabaco en el domicilio y el 55,8% en los espacios públicos. Cabe destacar el contraste entre la realidad de su entrono y la opinión de los niños sobre el tabaco y el acto de fumar que recoge el estudio portugués.
Un 98,3% de ellos cree que los cigarrillos perjudican a la salud, un 95,5% considera que los fumadores molesta a las otras personas y un 99% no considera una bonita la actitud de fumar. Aunque sólo un 1,7% de los alumnos tiene pensado fumar en un futuro, eso demuestra que aún no se ha ganado la batalla al tabaco ya que la media de edad de los encuestados es de 9,14 años, una edad muy precoz para pensar en fumar. Según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, los niños empiezan a fumar a los 13 años y a los 14 lo hacen de forma habitual. Según el Dr. Juan Ruiz Manzano, Presidente de SEPAR, “es importante concienciar a los adultos sobre los perjuicios del tabaco y disuadir a los niños de un consumo precoz, desde SEPAR y el Foro Autonómico del Tabaquismo siempre estaremos dispuestos apoyar cualquier iniciativa en este sentido y nos ponemos a disposición de la nueva Administración para seguir colaborando en la prevención y tratamiento del tabaquismo”.
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